Factores como la falta de alimentación al final de la gestación o el exceso de grasa en los primeros meses, mala dentadura, parásitos o factores climáticos como los días fríos, que crean una mayor necesidad de energía corporal, actúan como factores predisponentes. El embarazo avanzado crea una alta demanda para el uso de propionato, si esto es insuficiente, el cuerpo recurre a sus reservas de grasa para obtener energía. Esta situación genera lipólisis, que libera ácidos grasos al torrente sanguíneo, el hígado se inunda de estos compuestos que se acumulan en exceso como triglicéridos (hígado graso), lo que afecta la capacidad del órgano para sintetizarlos y descomponerlos. Los valores normales de cuerpos cetónicos en sangre están entre 1-1,5 mg/dl; los animales con síntomas superan los valores de 10 mg/dl.
Este trastorno metabólico no solo provoca daños en el hígado, sino también en el sistema nervioso central, que requiere un aporte constante y continuo de glucosa a través de la sangre. Este proceso conocido como encefalopatía hipoglucémica con depresión del metabolismo neuronal se vuelve irreversible, situación que explica el fracaso del tratamiento instaurado en estadios avanzados del trastorno metabólico. En este sentido no existe un tratamiento efectivo, los casos siempre tienen un pronóstico reservado porque cuando aparecen los síntomas la cetosis ya es alta.
El servicio de diagnóstico del área de salud del INTA Anguil realizó la autopsia a una oveja adulta en avanzado estado de gestación, procedente de una institución cercana a la ciudad de Anguil, La Pampa. En el mencionado animal se puede observar una coloración amarillenta del hígado como principal hallazgo de la autopsia. Se tomaron muestras de orina para determinar cuerpos cetónicos, que estaban 10 veces por encima del nivel crítico (80mg/dl), y en paralelo se realizaron otras determinaciones para evaluar posibles diagnósticos diferenciales. Como hallazgo intermedio, que no está relacionado con la muerte, Sarcocystis sp. en el esófago.

Del estudio de caso surgen varias consideraciones de gestión que deben tenerse en cuenta.
1.- Conseguir una alimentación equilibrada y energética (alimentación a base de cereales) para evitar la desnutrición y movilización de las reservas corporales 60 días antes del parto, de esta forma los corderos tendrán mejor vitalidad y las ovejas no dependerán de la movilización de las reservas energéticas corporales.
2.- Quienes no cuenten con forraje sembrado o alimento de calidad suficiente para todo el rebaño, deberán evaluar la posibilidad de una producción constante, evitando así costos innecesarios de mantenimiento en la búsqueda de alimento, lo que complica aún más el panorama. Asimismo, se recomienda abrir la boca de las ovejas y seleccionar la mejor oferta forrajera (verduras, grano molido, etc.) para aquellos animales adultos más sensibles (mala dentición).
3.- Mantener un plan sanitario que prevea la correcta y estratégica desparasitación de los animales.
4.- Dado que la mejor manera de manejar este trastorno nutricional es lograr una buena cadena alimentaria, se sugiere consultar con un profesional veterinario o agrónomo para desarrollar en conjunto la correcta planificación nutricional.
*Profesionales implicados: Ariel Miranda, Giménez Hugo (INTA anguil) y Matías Eula (actividad privada)