El programa de carbono SARA (Agricultura Regenerativa Sudamericana) está dejando una importante huella en el sector agrícola latinoamericano. Alcanzó el hito de superar las 150.000 hectáreas que se han comprometido a mejorar su producción a través de la regeneración de suelos, un logro gracias al compromiso y visión compartida de productores latinoamericanos y socios en terreno.
Desde Argentina hasta los países de Paraguay, Chile y Uruguay, SARA lidera una transformación sostenible en la ganadería
Ruuts en colaboración con el Grupo Clima Neutro (GNC) y sus socios en el terreno: Ovis 21, De Raíz (Par), Efecto Manada (Ch) y Pampa Oriental (Uy), se han unido con un objetivo común: incrementar las regenerativas Ganadería en América del Sur. Este equipo colaborativo y multidisciplinar de expertos se ha fijado el objetivo de regenerar un total de 500.000 hectáreas en la región, sentando las bases para un futuro más sostenible a nivel económico, social y medioambiental.

A través del programa de carbono SARA, los productores agrícolas tienen incentivos económicos relacionados con resultados medibles. Al restaurar el suelo y mejorar su producción, también pueden generar bonos de carbono de alta calidad, los cuales son certificados por VERRA, la certificadora más grande y reconocida del mundo, que asegura los estándares de calidad, el nivel de transparencia y la veracidad de lo generado. créditos Estos créditos son comprados por empresas de todo el mundo que quieren compensar su huella de carbono y ser parte de la solución al cambio climático.
Actualmente, ya se han adherido las primeras 99 instalaciones que suman un total de 153.937 hectáreas elegibles para el programa de carbono. Los fabricantes esperan recolectar los primeros créditos de carbono en 2024 y 2025.

Pioneros que se sumaron al cambio, distribución por país:
• Argentina tiene 73 contratos firmados, cubriendo un total de 78.196 hectáreas.
• Paraguay se suma con 11 contratos firmados que cubren 41.000 hectáreas.
• Chile ya firmó 12 contratos, restaurando 29.875 hectáreas.
• En Uruguay existen 3 contratos firmados y 1 pendiente que representan 5.000 hectáreas en proceso de transformación.
Antonio A. Kusanović, integrante y productor de Efecto Manado en Chile, comparte su entusiasmo por los resultados obtenidos hasta el momento: “Este hito es un hito para la ganadería en general. La posibilidad de generar ventas de bonos de carbono con 100 hectáreas es increíble. Se agrega valor adicional a la tierra, lo que permite la rentabilidad de manera sostenible. Gracias a la regeneración de la tierra a través de una gestión integral, no solo se mejora la rentabilidad de la empresa, sino que también se pueden generar ingresos adicionales a través de la venta de bonos de carbono”.
Una nueva era de productores de servicios ecológicos
Los productores que participan en el programa de carbono SARA son los verdaderos agentes de cambio. Con la planificación del pastoreo a partir de 2019 o recién comenzando, estos visionarios están comprometidos con un enfoque holístico de la producción y regeneración del suelo como una solución para revertir la desertificación y el cambio climático.
Siguiendo los principios de la naturaleza, como una cuidadosa planificación del pastoreo, el cultivo permanente de parcelas y el mantenimiento de una cubierta permanente durante todo el año, están redefiniendo la forma en que se producen los alimentos. Esta nueva forma de producción permite incrementar la rentabilidad del negocio al restaurar los procesos vitales del ecosistema, sanar el ciclo del agua, crear suelos más resilientes y mejorar la calidad de vida de las personas.
Protagonistas del cambio:
El productor cordobés Santiago Aghemo de FERAZ expresa su entusiasmo por ser parte de esta transformación: “Debajo del árbol con el mate en la mano, con todos los sonidos de la naturaleza rodeándome, trato de evaluar qué significa para mí el proyecto SARA. Me gustaría decir que sin duda el concepto de producción y cultivo de la tierra, la regeneración del suelo y de todo el ecosistema es un soplo de esperanza y confianza de que estoy en el camino correcto. Soy un pequeño productor, y el hecho de que fui el primero en firmar el programa SARA no es despreciable; porque es un ejemplo para todos aquellos productores agrícolas y ganaderos que, por el contexto económico, social y ecológico que atravesamos, ya sienten que el cultivo del suelo ha terminado para ellos. Me gustaría decirles todo lo contrario, que este es el momento en el que empezamos a ser los principales protagonistas de la posibilidad de producción de alimentos, siguiendo los flujos naturales de los ecosistemas sobre los que hemos vivido durante tantos años, revalorizando nuestra cultura. , nuestras tradiciones y amor por nuestros campos. , con la esperanza de dejar sistemas de producción a las generaciones futuras en armonía con el entorno que los contiene».
Analía Frandino, responsable de Sinergia B, Nodo Ovis 21 en Córdoba, nos comparte su visión: “Este hito representa un antes y un después en nuestra historia de trabajo de campo. Este programa nos da respaldo y verificación científica de lo que venimos haciendo desde hace 3 años además de beneficios económicos. El programa promoverá la regeneración entre aquellos productores que estén interesados, pero también estimulará y querrá destacar a los que ya están regenerando”.
“Ojalá seamos cada vez más los que podamos producir alimentos respetando el equilibrio dinámico de la naturaleza que nos contiene; Este es el deseo de mi familia, mío y de todo mi equipo de trabajo”. Agrega al productor Santiago Aghemo.