Si analizamos el escenario macro, podemos decir que los compradores internacionales (especialmente las vacas) no están impulsando los precios, estamos rezagados en los precios domésticos de grasa y la inflación se está haciendo cargo.
Lo que ocurrirá en el futuro puede ser tan amplio como incierto, por lo que lo mejor es jugar con las cartas que tenemos y analizar el mercado hasta el momento sabiendo que sin pienso no hay carne ni leche. el hecho de que el alimento es una mercancía que se produce en el propio establecimiento y que, luego de su procesamiento, ayuda a determinar los costos de los insumos (piensos) para la producción animal.
Además de la tormenta de presión en el sector, podemos analizar la falta de tormentas estivales y el déficit hídrico de los últimos meses, especialmente en las zonas de mayor pluviometría (que son las más productivas), donde la escasez de precipitaciones primavera-verano ha visto mas marcado
Todo esto sin duda ha provocado que la inversión se haya ralentizado con la esperanza de un panorama más predecible, pero la realidad es que el mercado de piensos sigue prosperando y solo ha sufrido por la falta de dólares para incorporar la tecnología a la cadena de producción.
Según las cifras que proporciona el mercado mundial, cuando analizamos la campaña que acaba de terminar (’22/’23) con la siega de los últimos maíces ultratardíos y alfalfa que, gracias a las lluvias otoñales, llegaron a «tirar Al “verano de San Juan”, podemos ver que el mercado mundial de equipos forrajeros baja un 25% respecto al periodo anterior.
Pero al observar de cerca el mercado en general, tenemos la obligación de separar «el trigo de la paja» para sacar conclusiones que arrojen luz sobre esta importante actividad ganadera.
El mercado de algunos artículos que se producen en el país, como algunas rotoempacadoras, rastrillos (TDP no activados) o cortadoras de baja tecnología, se mantuvo casi constante o con una disminución del 3-5%, que en el escenario del total ausencia de pasto en algunas zonas, se puede decir que la merma fue nula.
El mayor problema es con los artículos de más alta tecnología que no se producen en el país, como las megaempacadoras o algunas segadoras acondicionadoras, donde la restricción de las regulaciones de importación ha provocado que en algunos casos la caída de la oferta llegue hasta el 50% de las ventas de equipos en comparación al período anterior, lo que genera demanda insatisfecha con subsiguientes aumentos de precios, como en todo mercado transparente.
Lo mismo ha ocurrido con insumos que no se producen en el país, como redes para atar rollos o hilo para pacas grandes o pacas para acondicionamiento de alimentos para su comercialización y/o exportación.

Por lo tanto, si bien parece haber una reducción en el marketing global, esto no se debe a la falta de adopción de tecnología, desánimo de la industria o precios internacionales o locales desfavorables o rezagados, sino simplemente a la falta de oferta de productos o más bien de divisas. para que podamos ofrecerlos en el mercado nacional, más allá del aumento de los precios en dólares, donde cada día se necesitan más kg de producto (carne o leche) para comprar máquinas forrajeras.
Hoy, las conservas de forrajes ya son una actividad fuerte, independiente y sumamente necesaria para mantener e incrementar la producción ganadera, no solo en Argentina, sino en toda la región, donde la presencia de pastos durante todo el año representa una importante ventaja comparativa frente a otros ambientes.
Podemos confirmar que Argentina ha mostrado signos positivos en los últimos años hacia la madurez del mercado para la incorporación de tecnologías a la producción de piensos, como la mayor demanda de segadoras acondicionadoras en detrimento de las cortadoras de hélice y la mayor introducción de rotoempacadoras con amarre. redes serie.
Por ello, cabe interpretar la dinámica del mercado con caída global de las ventas, no como una ralentización del mercado o un desánimo para el sector, sino como lo que realmente fue, falta de divisas para la incorporación de más tecnologías, que, una vez resueltas, permitirán que se alcancen las condiciones para que los futuros actores del sector accedan a las herramientas necesarias para mejorar aún más la producción de piensos, ya sea para la exportación directa o en forma de productos como la carne y la leche.