En ese momento, los fundadores no tenían idea de a dónde los llevaría este viaje. Partieron de lo que tenían: un propósito trascendente, una innovación revolucionaria en genética ovina que Ricardo Fenton había traído de Australia, y una preocupación por la desertificación patagónica, que en ese momento no tenía cura efectiva.
Sabían que el viaje sería contracultural. Dado que el entorno social y económico requería individualismo y separación, decidieron hacer algo que estuviera unido por valores. En lugar de competir, apuestan por la cooperación. Se basaban en la confianza más que en el control. Adoptaron la innovación como un salvavidas y se abrieron al aprendizaje continuo, lo que significa dejar atrás viejas creencias y conocimientos. Buscaron la excelencia como hábito e invirtieron lo que tenían en el desarrollo de las personas, entendiendo que son las personas las que marcan la diferencia. Disfrutaron y celebraron cada éxito y absorbieron en silencio todo lo que salió mal y lo pasaron al inventario de aprendizaje.
El viaje fue fantástico y promete ser aún mejor en el futuro. Ovis 21 es un experimento social que demuestra que si creemos en nosotros mismos, se puede lograr lo que parece imposible. Nadie (ni siquiera ella misma) habría pensado:
- Que van a liderar la implementación de la ganadería regenerativa en Sudamérica.
- Que podrían revertir la desertificación y crear un modelo ganadero viable en la Patagonia (y en otros lugares).
- Que iban a desarrollar una red de hatos que dominarían el mercado de la genética ovina en la Patagonia.
- Que iban a lograr rebaños más rentables que permitieran a los productores mejorar su negocio y combinar excelente lana con mucha carne.
- Que iban a exportar lanas especiales a precios más altos que los australianos.
- Que iban a desarrollar un método para medir la regeneración que se usaría en todo el mundo.
- Que tendrán una Escuela de Regeneración que capacita a cientos de personas al año y es líder en su tipo a escala mundial.
- Que trabajarán con una empresa de servicios ambientales como Ruuts para crear programas de carbono.
- Que los productores serían recompensados por regenerar sus tierras mediante la venta de créditos de carbono.
Es bueno mirar hacia atrás y ver lo lejos que han llegado en 20 años. Además, mirar hacia adelante y comprender que recién comienzan y que el desafío de fondo aún existe, los llama todos los días. Disfrutaron de la aventura y estaban felices de compartirla con tanta gente que se unió en cuerpo y alma.
Todo esto está pasando y lo que está por venir se ve cada vez más interesante. Sin embargo, los comienzos fueron muy duros, caracterizados por la búsqueda infructuosa de un modelo económicamente viable en un contexto totalmente desfavorable por problemas climáticos, políticos y de mercado.
Tuvieron suerte: desde el primer día contaron con la confianza y paciencia de David y Peggy Fenton, el tesón y visión de Ricardo Fenton, y el apoyo de Alejandra Canosa, imprescindibles para su apoyo, orden y cordura. Sin ellos, no podrían continuar a través de momentos de frustración y fracaso.
El tesón, la curiosidad y el liderazgo de Pablo Borrelli han sido un ejemplo para todos los técnicos de redes. Las ganas de aprender, de reconocer cuando algo anda mal, y su compromiso con los productores, la ciencia real y su Patagonia han sido el motor de Ovis en las malas (que ha habido muchas) y en las buenas.
No estarían aquí sin el equipo que se agregó y que hoy comparte propósito, pasión y determinación. Construyen Ovis 21 todos los días, cada uno desde sus Áreas y en Nodos de Regeneración, llevando su vocación, amor a la tierra y su capacidad profesional a cada campo. Ellos eligieron ser los protagonistas de esta historia de transformación.
Fuente: https://ovis21.com/el-sueno-cumple-20-anos/