Tras las turbulencias en China y el ámbito local combinadas en una fuerte caída de los valores inmobiliarios, tras el máximo histórico de 2022, el analista explica qué esperar cuando vuelva la hierba y mejore el tipo de cambio a finales de 2023. El juego que predice hacia dónde va el negocio ganadero.
Ignacio Iriarte.
En un mercado ganadero afectado por la sequía, la caída del valor que China paga por la carne, el rezago del tipo de cambio, la inflación muy alta y la incertidumbre electoral, Ignacio Iriarte analiza lo que puede pasar con los precios de las distintas categorías de fincas a partir de ahora. En una entrevista con Carne de valor Explicó que las lluvias que acabarían con la escasez de pasto, la posible devaluación y la ansiada recuperación del primer importador mundial, que suele comprar más en la segunda mitad del año, podrían tener efecto. Una visión general de lo que está por venir, con diferentes escenarios para el negocio ganadero.

“Hace un año recibimos los precios más altos de la historia en moneda constante. En marzo, abril y mayo, con la presión de comprar a China, se llegó a la normal oferta de ganado con una demanda que aumentó enormemente”, recuerda Iriarte.
¿Qué ha pasado desde entonces que hemos caído tan precipitadamente? “En principio, los precios que paga China por la carne han caído un 35 por ciento, de la mano de la peor fase de la pandemia. El hecho de que el mercado, que representa el 80% de las exportaciones argentinas, nos pague mucho menos, tuvo un impacto excepcional”, aseveró. Y agregó: “Otra causa bajista, ya a nivel local, es que el Gobierno ha continuado posponer desde mayo del año pasado el tipo de cambio real”. En ese marco, continuó: “El poder adquisitivo de la industria, que fue el factor más dinámico en la formación de los precios agrícolas, cayó 37 por ciento en términos reales en un año y un medio.»
En particular, “los altísimos precios que pagó China escondían el atraso del tipo de cambio. Ahora que están abajo, eso es el rey esta desnudoel rezago brutal del dólar oficial es claramente una herramienta antiinflacionaria que el gobierno ha estado usando todo este tiempo”, subrayó.
A esto se suma que la oferta de ganado por la sequía es un 10-12% mayor que el año pasado, frente al consumo de 50 kg/persona/año. que se resiste a caer, pero no crece.
Todo esto condujo a una caída real del precio del buey en un 25% en un año. El consumo de carne vacuna cayó un 23%, el de vaca enlatada un 50% y el de vaca gorda y ternera un 40%. Se nota aquí que la caída de precios más pronunciada fue en las categorías que vende el productor, lo que provocó una caída muy fuerte en la rentabilidad, dijo.
¿Y el corral de engorde? Al contrario, “al comprar y vender tan favorablemente pasó de una pérdida de $20.000 por ciclo de ceba, en diciembre-enero, a la ganancia actual de $20.000, incluso atrajo inversiones porque buena parte de la finca es de la industria”. , explicó Iriarte. , en alusión a que la ocupación se encuentra en niveles históricamente récord para el mes de mayo: 1.900.000 cabezas.
el rey desnudo
La buena noticia es que las exportaciones se mantienen en un nivel significativo. A pesar del turbulento contexto, Argentina encontró el umbral de las 900.000 toneladas anuales, aunque a costa de precios FOB más bajos y con un tipo de cambio significativamente más bajo que hace un año.
En este sentido, una de las grandes incógnitas para lo que resta de 2023 es qué ocurrirá con el tipo de cambio oficial. ¿Hasta cuándo el gobierno será capaz de soportar esto? «Si no puede resistir las elecciones y tiene que dar un salto discreto, digamos 30-40 por ciento, eso en sí mismo tendrá un efecto favorable en las exportaciones», dijo.
Pero, ¿y China? “En estas últimas tres o cuatro semanas está practicando una nueva baja en los precios que paga por la carne, lo cual es muy importante, porque coincide con el abandono forzoso de la finca por la época seca”, dijo Iriarte en referencia a el momento de mayor oferta estacional de vacas cuyo casi único destino es ese mercado.
A partir de diciembre, cuando se lanzó después de la pandemia, los exportadores comenzaron a visitar China esperando un auge en el consumo, solo para encontrar que muchos restaurantes estaban cerrados y se habían acumulado grandes cantidades de carne. “No confiábamos en los importadores porque son comerciantes muy difíciles, pero ahora se confirma que hay demanda de las cadenas de suministro servicio de comidaque son básicamente lo que compran a los países sudamericanos, están por debajo de las expectativas», admitió.
La presión a la baja del primer cliente internacional ya tiene su correlato. «Brasil ha regresado con fuerza a China (después de un caso atípico de vaca loca), que también está instalando media docena de nuevas y grandes fábricas, lo que redundará proporcionalmente en los volúmenes entregados», advirtió, afirmando que la industria brasileña provee El 40% de la carne importada por el gigante asiático. Pero por ahora, “los exportadores del país vecino ya aceptaron valores más bajos, tienen novillos 20-25 por ciento más baratos que los nuestros, son muy competitivos, con mucha carne”, reveló.
¿Las cosas cambiarán?

El mayor efecto de la sequía es una fuerte caída en los valores agrícolas y la rentabilidad de los productores. “Tienen menos capital, con menos vacas porque tuvieron que deshacerse de ellas para reducir la carga o porque se quedaron vacías. Rechazaron 20-30-40 kilogramos por debajo de lo normal y saben que en la segunda mitad del año encontrarán un 7-10% menos de terneros que el año anterior”, describió.
¿Cómo se expresará todo esto a nivel estatal? “Habrá una baja de 300 a 500 mil vacas, y esa cifra se sabrá a fin de año, cuando el Ministerio de Agricultura anuncie el fondo. Y se esperan entre un millón y un millón y medio de terneros menos. Y eso sin contar que habrá un 50 por ciento de las reservas normales de forraje en los próximos meses”, anunció.
Según los climatólogos, el próximo invierno traerá frío moderado. “El Niño es un hecho y ya se está mostrando en muchas partes del mundo que han estado secas, con lluvias muy fuertes. Todavía no llegó a la Argentina, pero puede llegar más adelante”, aseveró, aunque no se sabe cuándo sucederá.
“Si ocurren a fines de invierno, la preventa de vacas continuará, con la mayor faena registrada, comparable solo a algunos meses de 2009. Si ocurren generalmente solo en septiembre y tenemos una primavera con buena hierba, habrá será un agarre muy fuerte, más aún considerando la incertidumbre del PASO», pronosticó.
Para Iriarte, no es descabellado pensar que “este mal panorama de los precios actuales regresarespecialmente para la invernada de terneros y vacas, de agosto a septiembre, cuando el productor, necesitado de recuperar la cabeza perdida durante la estación seca, vende lo menos posible, en un contexto de inflación mensual del 10 por ciento».
¿Qué se espera del feedlot? “Con el nivel final de hoy, habrá otros tres o cuatro meses de alta producción de grasa, por lo que la recuperación de los precios reales no será posible tan pronto, sino con tendencia a fin de año”, respondió.
En este sentido, la demanda de China, que no trae buenas noticias estos días, podría empezar a aumentar de cara a sus vacaciones de Año Nuevo (febrero). “En el primer trimestre del año, la economía creció un 4,5 por ciento. No es un récord, pero es una gran recuperación en comparación con los niveles del año pasado. ¿Hubo consumo de carne? No, llegará cuando se eliminen las existencias acumuladas durante la pandemia. Entonces podrán mejorar significativamente las cantidades compradas y ligeramente el precio”, dijo.
Sin embargo, enfrentará una oferta argentina limitada por cuestiones estacionales y porque, debido a la sequía, se ha vendido mucho más de lo habitual de manera anticipada. “En los últimos tres o cuatro meses del año tendremos un millón de cirugías de garganta por mes, y hoy son un millón doscientos cincuenta mil”, diagnosticó.
Al final, Iriarte señaló que “en los distintos escenarios posibles, hay motivos para pensar que en los últimos meses del año los precios de todas las categorías de fincas serán significativamente mejores que los actuales. ¿Pueden recuperar los niveles récord de hace un año? Me parece difícil, pero no será lejos», concluyó.
Del Ing. Agr. Liliana Rosenstein, editora Carne de valor

Fuente: valorcarne.com.ar