El manejo optimizado y el clima que acompañó el desarrollo de los cultivos en la zona, junto con un manejo efectivo del riego en las parcelas plantadas de soja, permitió alcanzar rendimientos máximos de 6,4 t/ha en algunas parcelas.
Según reportes de Aapresid, el campo tuvo un buen establecimiento del cultivo debido al bajo nivel de cobertura antecesora.

La soja se sembró a 3312 DM y se hizo temprano, con unas 300.000 plantas por hectárea. Cabe señalar que estas parcelas no sufrieron fluctuaciones por heladas tardías ni mayores problemas sanitarios. «Tuvimos una nodulación óptima debido a la historia de la soja con doble inoculación», señalaron.