El período conocido como barbecho incluye un período prolongado de reposo del suelo cuando las malezas pueden alterar la cantidad de agua almacenada en el suelo y el reciclaje de nutrientes, así como la protección y reserva de plagas y enfermedades. Este descanso puede ser largo, cubriendo gran parte del otoño y el invierno, o corto, como el de la soja y el maíz, que se cuenta en la primavera.
El agrónomo Pablo Gastón Reyna, responsable del área técnica de Tecnomil, nos recuerda que es fundamental poder controlar las malas hierbas de forma segura desde el principio en todas las áreas. Esto se logra reforzando los tratamientos basados en G62 (glifosato de potasio al 62 %) con herbicidas adicionales como Camarade MYL (Dicamba 57,7 %) y Glorius MYL (Picloram 27,8 %) para prevenir futuras complicaciones en el control de malezas. rebrote
También se pueden añadir a la mezcla varios productos con efecto residual probado, por ejemplo, Atramyl 90 WG (atrazina granulada), Trench 84 WG (Diclosulam 84%), Pattern (S-Metolachlor 96%) o Guerrer (Sulfentrazone 50%) para posible controlar capas sucesivas de malas hierbas durante el mayor tiempo posible.
La selección de principios activos residuales debe tener siempre en cuenta la dinámica de las malas hierbas en cada zona, el historial de herbicidas ya utilizados para evitar problemas de fitotoxicidad por acumulación y los cultivos previstos en rotación.
En el caso de que la cobertura verde sea muy alta (más del 15-20% del área total del terreno), el Ing. Reyna recomienda en primer lugar controlar las malas hierbas presentes utilizando principios activos genéricos no selectivos como G62 o Helios Max. (Glufosinato de amonio 40%) para que luego los productos residuales puedan ser aplicados con éxito al suelo.