La propuesta en San Luis estuvo acompañada por 30 empresas e instituciones, duplicando el número de participantes desde la primera edición celebrada en 2021 con más de 500 presentes.
Organizada por la Secretaría de Estado de San Luis Logística, la muestra traspasó los límites de la provincia. Hubo visitantes de Mendoza, San Juan, Córdoba, Salta, La Pampa, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro, Santa Fe, Buenos Aires y Catamarca; atrajo la atención de los empresarios brasileños del transporte en el exterior.
Además de la clara aceptación de la propuesta, que poco a poco se va convirtiendo en una cita fija en el calendario agrícola, los organizadores se mostraron muy satisfechos porque recibieron un feedback muy positivo por parte de los participantes.
La Expo creó un espacio de encuentro y conexión entre todos los sectores, mostrando innovación y conocimiento para compartir. También pudo brindar información y herramientas al productor en esta área gracias a la participación de ponentes de destacada trayectoria, al tiempo que mostró una fuerte convicción por compartir los conocimientos adquiridos. Este panorama alentador motiva a todos los colaboradores de San Luis Logística a trabajar y pensar a partir de este momento en el tercer año.

Sebastián Lavandeira, secretario de San Luis Logística, se mostró muy feliz porque “los retornos de los productores fueron muy positivos porque se trata de vincular. Es un proyecto para toda la región. Nos piden que lo repitamos todos los años y que podamos mostrar la producción de San Luis”.
«La participación superó significativamente las expectativas. Entre la primera y la segunda edición, evolucionamos mucho en los temas elegidos para las disertaciones y ensayos que se presentaron. Contamos con los mejores expertos del país”, agregó el funcionario, quien aseguró que “han venido a participar productores, comerciantes y expertos de diversos campos relacionados con la agricultura.
En esta oportunidad decidimos enfocar el contenido en la industrialización y comercialización de los pastizales, además de temas relacionados con la producción, técnicas, manejo y cultivo en sí. Queremos mostrar el modelo de negocio de exportación de alfalfa que estamos desarrollando en la provincia a quienes nos visitan desde diferentes partes del país”.
Lavandeira señaló que hoy, después de solo tres años de trabajo, San Luis exporta a los mercados mundiales el 6% de toda la alfalfa que sale de Argentina. «Eso está en línea con las grandes perspectivas de crecimiento que tenemos en la provincia, por lo que estamos diciendo que no hay tope», dijo. También mencionó la posibilidad planteada por los fabricantes de crear un mercado de referencia: “Quieren previsibilidad, sostenibilidad y no un proyecto volátil; Es difícil invertir en este sector, pero nuestra intención es darles tranquilidad. Vamos paso a paso. Todo el proceso de mejoramiento de la alfalfa en San Luis tiene un triple impacto. En primer lugar tratamos de cuidar el medio ambiente, porque todo empezó con medidas para paliar la emergencia hídrica registrada en la zona de la Cuenca del Morro, porque es un cultivo con una gran capacidad de absorción. A esto se suman aspectos económicos y sociales, ya que genera mucho trabajo y reactiva zonas que han sido inundadas. Todo esto se conjuga en este simposio, donde los productores conocen el negocio de la alfalfa, cuyo modelo es abierto y de gran demanda, para lo cual la provincia de San Luis cuenta con las instalaciones e infraestructura para procesar y participar en los mercados internacionales”.
Alejandro Marín, titular de Agrozal, cree que lo más importante es “promover la alfalfa”. Por eso, calificó la Expo como muy exitosa, con salas llenas. Juan Vasquetto, uno de los economistas que habló, señaló la necesidad de organizar la comercialización. Y esta es una idea que va más allá de la calidad de la producción, para buscar herramientas que garanticen la transparencia y seguridad del mercado, tanto para los productores como para los consumidores que necesitan insumos de calidad”.
El funcionario recordó que “alquilamos el campo experimental Don Hugo, que tenía 250 hectáreas afectadas por inundaciones, para probar pastos. Primero sembramos 300 hectáreas y luego otras 250. El cultivo va muy bien, lo que demuestra que es una herramienta para restaurar la tierra perdida. También permite bajar el nivel freático y mantenerlo a una profundidad de un metro, un metro y medio. Es otro uso de la alfalfa, uso de la tierra perdida, como pasó con el Río Nuevo”.