Su distribución es mundial y puede afectar a otras especies de animales domésticos y salvajes, siendo también una zoonosis1, siendo las úlceras en manos o brazos la manifestación más común en humanos.
La transmisión se produce por contacto directo o por contaminación ambiental. La enfermedad tiene un comportamiento epidémico: provoca brotes anuales, más frecuentes en animales jóvenes, aunque en determinadas circunstancias también se producen brotes en animales adultos.
Está muy extendida en ovinos y caprinos de la Patagonia y causa brotes estacionales en primavera/verano. El curso clínico es de aproximadamente 30 días y provoca deterioro de la condición física de los animales afectados.
¿Cómo entra la enfermedad en las instalaciones?
Lo más común es que la enfermedad ingrese a la finca a través de la compra de animales que previamente han tenido la enfermedad y son portadores sanos, o animales que están incubando la enfermedad en el momento que ingresan al campo.
La enfermedad también puede llegar desde un campo vecino por el paso de animales, tanto propios como extraños, entre un mismo campo.
Por último, pero no menos importante, también existe la posibilidad de que un productor o cualquier otra persona que haya trabajado con animales infectados en otros campos pueda introducir la infección en un campo que ha quedado libre.
¿Cómo progresa la enfermedad?
El cuadro clínico comienza con eritema local en la piel, que evoluciona a pápulas, luego vesículas, luego pústulas, que terminan con la formación de costras que cubren la boca y la nariz.
Finalmente, se pueden observar lesiones en otras zonas del cuerpo como vulva, escroto, prepucio, ubre, pezones, márgenes coronarios, encías, etc.
La aparición de los signos clínicos suele producirse cuando los animales sufren un periodo de estrés que provoca una disminución de las defensas, como por ejemplo en el destete, por pérdida de condición corporal por falta de forrajes, movimientos, etc.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
Si bien existen técnicas de laboratorio para el diagnóstico de la enfermedad, como microscopía electrónica, prueba de Elisa, PCR y PCR en tiempo real, entre otras, la enfermedad suele diagnosticarse en función de las características de las lesiones presentes, las categorías afectadas y el tiempo de manifestación. .
¿Qué hacer ante un brote de ectima contagioso?
Como es una enfermedad viral, los antibióticos son inútiles, y como no existe un fármaco específico para combatir el virus, no hay mucho que se pueda hacer para curar a los animales.
Sin embargo, se pueden realizar algunos procedimientos para evitar que la enfermedad se propague a todo el rebaño, que no se extienda en el tiempo y que las lesiones cicatricen más rápido y sin complicaciones con otras patologías, que los animales afectados vuelvan a comer con normalidad lo antes posible. como sea posible y así evitar una mayor pérdida de peso y condición corporal.
– Si la enfermedad se detecta al principio de un brote, se pueden separar los animales afectados para evitar que se propague a todo el rebaño. Si afecta a toda la parvada, manténgala aislada para evitar que se propague al resto de la parvada.
Conclusión
El ectima contagioso es una enfermedad infecciosa de origen viral que afecta la piel de ovejas, cabras y otros rumiantes. Debido a su amplia distribución en rebaños a nivel mundial, es de suma importancia conocer los síntomas y el manejo a nivel de granja, ya que es altamente contagioso y afecta significativamente la salud y el bienestar animal.
La presencia de esta enfermedad podría tener consecuencias negativas para el establecimiento, no solo por los efectos en la salud del rebaño, sino también por las pérdidas económicas para los productores, lo que podría repercutir negativamente en su rentabilidad.
– De forma local se pueden aplicar diferentes tipos de sprays o aerosoles, cremas y soluciones, se recomiendan aquellas que contengan antiinflamatorios, cicatrizantes y algún tinte azul o morado que proteja las zonas lesionadas de los rayos solares y moscas para evitar “bicheras” o “gusaneras” «, en la temporada de calor. Consulta siempre a tu veterinario.
– Como precaución, inspeccione cuidadosamente cada vez que se compren animales de establecimientos cuyo estado de salud se desconozca y continúe poniendo en cuarentena a los animales entrantes hasta que se demuestre que están libres de enfermedades.
– También como prevención, en los establecimientos donde se produzca la infección, se recomienda aplicar una vacuna disponible en el mercado a todos los corderos y lechal a partir del día 15 de nacido. Esta vacuna se administra por escarificación en la ingle (parte interior de los cuartos traseros).
– Cuando trabaje con animales con ectima contagioso, use guantes para manipular a los animales y luego desinfecte sus manos porque, como se mencionó anteriormente, la enfermedad es transmisible a los humanos.
– Capacite a las personas que manejan el rebaño para que trabajen juntas en el control de la enfermedad y al mismo tiempo reduzcan el riesgo de infección para los humanos.
API. Alejandra Parracia – Ingeniera en Producción Agropecuaria
1zoonosis: El término se refiere a una enfermedad o infección que se presenta en los animales, producida por diversos agentes infecciosos, y que, bajo ciertas circunstancias, puede transmitirse a los humanos en condiciones naturales.